viernes, 24 de octubre de 2014

Empezar de nuevo...

Me ha llevado tiempo entender..que no entiendo nada.

El tiempo trae cientos de acontecimientos en su recorrer. Cientos de cosas y confusiones. Pero también se lleva las lágrimas, los rencores e incluso muchos recuerdos. Pero algunos permanecen como lápidas de cementerio. Marcados los años, marcados los errores, los recuerdos que se entierran y a veces salen a la luz al escuchar alguna palabra. 

Los golpes de mi abuela, sus insultos. La cama revuelta y la doble moral. Ocultar sus infidelidades. Crear un sistema propio del bien y el mal y un profundo rencor con dios, por sentirme sola.
Las mentiras; los traumas. Las semanas sin un sólo recuerdo, las palabras de mi abuelo, sus abrazos. Sus ausencias..

La casa sola, porque ella siempre se iba con su amante. de la mañana hasta muy tarde. Y ni qué decir de las malditas comidas frías, o rancias. Y a pesar de ello, aprendí a decirle "mamá". Oye, abuela,¿te acuerdas cuando hiciste que abandonaran a mis únicos compañeros?
¿Alguna vez te acordaste de mi, estando ebria? Tal vez jamás pensaste en que veinte y tantos años después iba a seguir recordando tus idioteces o los golpes que te ganaste, las humillaciones callejeras.

Aún recuerdo tenerle miedo al silencio, necesitar escuchar voces y entonces prender la televisión, sólo para escuchar algo y no sentir miedo. Y las pilas de libros para entretenerme.

Es curioso como muchos años después, recuerdo tus amenazas al irme de casa. Llegaron de forma espontánea, como todos tus recuerdos. Como el día, que ahora veo lejano, como en tercera persona, una mocosa se quiso suicidar, para no sentir jamás.

O tener presente siempre la muerte del abuelo. el día nublado, la ausencia, el vacío. Su cuerpo delgado, casi en los huesos. La boca reseca y suplicandome por un poco de agua. (¿Porqué no le di agua..?) Ni qué decir del funeral. Y tú, ahí, riendo, sintiéndote el alma de la fiesta, cuando no había nada qué festejar.

Supongo que por encerrarme en tu casa, por no dejarme hablar con otros niños, no aprendí a convivir y gracias, ahora aún me cuesta trabajo. Soy insegura, tengo miedo. ¡Tengo tanto miedo...!¿Cómo vives sabiendo que la gente me rechazaba, por ser tu nieta, por tu maldita moral, por tu cuerpo impuro?

Silencio. 12 años de puro silencio. Otros tantos de culpas, de preguntas sin respuesta. ¿Cómo entonces te atreves a decirme, a pedirme que te visite en tu soledad? 

¿Te acuerdas cuando me llamaste mentirosa frente al abuelo? Yo sí. Y también me acuerdo de tus ojos llenos de odio.

Rayos. De verdad que no comprendo nada.

Hoy leí los montontes de cartas que escribí. Los dibujos y encontré que no había esperanza.
También he recordado a las personas que he querido y deseado que me quisieran; 7 años no son en vano, por esperar al maldito soldado. Curioso es que no quiero ver uno más, ya no lo quiero ver jamás.

Me arrepiento de no haberme querido un poco más. De aguantar los golpes de un hombre, de sentirme inferior sólo por "parecer niño".

Hoy me arrepiento de no haber dicho nada jamás ni de haber tenido el valor suficiente en tantas ocasiones, como cuando al entrar a una carrera, él dijo "no va a poder" y creo que tuvo razón. No puedo,pero no por indesición. Porque tarde mucho en encontrar algo apasionante, algo que me hiciera feliz.

Hoy al menos puedo agradecer encontrar a alguien que me ame y me hiciera crecer. Abuelo: Él me protege y no me he sentido sola desde entonces, aunque a veces lo extraño mucho, aunque a veces mi inseguridad y mis complejos me hagan pensar que ya no me ama.

Abuelo: si estuvieras aquí, hay tantas cosas que quisiera contarte, tanto por mostrarte, por pedirte perdón...
pero supongo que algún día nos hemos de volver a ver.

Quiero seguir adelante. Poco a poco he aprendido a decir adiós.
Poco a poco he aprendido que los más oscuros secretos tarde o temprano saldrán a la luz, por más vergüenza y asco que me produzca ese pasado en común que tenemos. Porque en ello reside mi infancia. Porque ahí está todo lo que fui y lo que trato de no ser más..........

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